EL REGRESO DEL TRUEQUE

Teresa Carreón

Los dirigentes de más de una veintena de países que se encuentran en cónclave político en la super resguardada ciudad de Londres, no encuentran los medios para lograr acuerdos que beneficien no nada más a los ciudadanos que representan, sino a la aldea global que está a la expectativa de los resultados de sus conversaciones. Sin embargo, la historia nos dice que los acuerdos serán superficiales y sólo fortalecerán a los grandes capitales que esos dirigentes se esfuerzan en representar, olvidándose de millones de habitantes que reclaman justicia para el cumplimiento de sus derechos básicos.

En contraste, muchos ciudadanos organizados, productores y hasta empresarios están dando muestras de lo que significa la búsqueda de soluciones a los problemas de liquidez cuando se trata de adquirir bienes: el viejo trueque como medio de transacción equitativa, con una recompensa justa, está siendo puesto en práctica en los lugares más insospechados.

Al intercambiar alguna mercancía, donde se puede optar por otra, o por un servicio, los protagonistas son esencialmente libres y están al mismo nivel, y si alguno se retira del negocio, los demás quedan en igualdad de condiciones, realizando al final un acto eminentemente transformador en el que los actores no se basan en precios (a veces impuestos por terceros), sino en valor de lo intercambiado.

Por mencionar tan sólo algunos ejemplos de cómo es posible organizar prácticamente todos los ámbitos de la vida de forma cooperativa, viviendo dignamente y sin aprietos, el club del Trueque en Buenos Aires, es una organización surgida en 1995 cuyo crecimiento ha ido en aumento. Actualmente 320.000 personas se encuentran relacionadas directa o indirectamente con esta práctica en quince provincias y la Capital Federal. Según el diagnóstico de sus promotores, en la Argentina el hambre no era entonces un tema social relevante, pero sí comenzaba a serlo el desempleo por lo que el trueque aparecía como una alternativa a esa nueva necesidad social.

En Carora, Venezuela, la cooperativa “Santo Domingo Brasil” funciona desde hace 37 años, cuenta con 4000 socias y socios, además de servicios de soluciones financieras (especie de banco ético), funeraria, radio comunitaria, centro clínico, farmacia cooperativa, gas doméstico, se realiza el trueque en la feria semanal de verduras, la bodega, el cafetín, la compra colectiva de electrodomésticos, el cineclub y la floristería.

En Rusia se ha puesto en marcha una iniciativa “anticrisis” que conectará una larga cadena de empresas en un sistema de trueque de alcance mundial. Se tiene planeado utilizar una base de datos computarizada para crear cadenas de seis o siete empresas que tengan dificultades para vender sus productos a cambio de dinero en efectivo. La última empresa de la cadena pagaría a la primera en una transacción única y al contado. No es otra cosa que el trueque, como el que cobró relevancia en la década de 1990, cuando los directivos de fábricas de toda Rusia desarrollaron complejas cadenas de trueque para mantener a flote a la mayor cantidad de empresas posibles en tiempos en que nadie tenía efectivo para pagar sus cuentas.

Actualmente, el trueque ya está más regulado, reconocido y certificado por autoridades fiscales de casi todo el mundo, ya que representa un mercado mundial de 650 mil millones de dólares anuales en datos al 2007. En México, para participar como empresa en esa mecánica de intercambio, se extienden las cartas mediante las cuales otros empresarios pueden disponer de su mercancía y a cambio, usted tiene un extenso menú en el que puede disponer de mercancías o servicios hasta por la misma cantidad que usted ha inscrito en la intermediaria. No hay dinero entre las partes que efectúan el trueque, sin embargo, el intermediario se queda con un porcentaje de lo intercambiado.

En la ciudad de México, se han dado múltiples ejemplos: la “Feria de Trueque en Romita” lugar donde se pretende inspirar la creación de un mercado de trueque permanente en la colonia Roma, donde por medio de “facilitadores llamados Romitas” se pueden realizar los intercambios.

Con los lemas "por una economía en manos de la gente" y "otro mundo es posible", se realizó el “Tianguis Trueque Cultural ECOSOL”, en los jardines de Radio Educación, en noviembre del año pasado, donde no solo se promovieron intercambios mercantiles, sino también hubo pláticas y talleres de la economía solidaria, el cooperativismo, el multitrueque, la salud, la ecología, así como actividades culturales.

Los organizadores afirmaron que estas actividades son una respuesta a la economía que está reventando a sus habitantes y al planeta mismo, con impensables y gigantescos abusos bancarios y bursátiles.

En las prácticas de trueque no pueden faltar las aportadas por el “Tianguis Cultural del Chopo” de Jorge Pantoja, que ha aglutinado en su entorno a artistas plásticos, poetas, fotógrafos, performanceros, bailarines, músicos, cineastas, videoastas, narradores, comunicadores, entre otros, logrando con ello producir truques hasta del conocimiento. La experiencia se ha exportado a otros estados y países.

Para ir con la música a otra parte, en esta ocasión es necesario acudir al poeta uruguayo Mario Benedetti, con su poesía “Trueque”: Me das tu cuerpo patria y yo te doy mi río /tú noches de tu aroma / yo mis viejos acechos /tú sangre de tus labios / yo manos de alfarero /tú el césped de tu vértice / yo mi pobre ciprés /me das tu corazón ese verdugo /y yo te doy mi calma esa mentira /tú el vuelo de tus ojos / yo mi raíz al sol /tú la piel de tu tacto / yo mi tacto en tu piel /me das tu amanecida y yo te doy mi ángelus /tú me abres tus enigmas / yo te encierro en mi azar /me expulsas de tu olvido / yo nunca te he olvidado /te vas te vas te vienes / me voy me voy te espero.

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