Teresa Carreón El manto del olvido ya pasó por la memoria de una buena parte de la población que en el pasado cuando viajaba por el país, se enfrentaba a paisajes nuevos, comidas con sazones desconocidos, coloridos diferentes a los acostumbrados en su lugar de origen. Se viajaba para que la sorpresa con lo nuevo nos acometiera en cada lugar visitado. Entonces, el hallazgo eran la cochinita pibil de Yucatán, los rebozos de Santa María, el cabrito de Nuevo León, la cerámica de Tonalá, el pan de Chilapa, el mezcal de Oaxaca, la ola verde de Cuyutlán, etcétera, etcétera. Resultaba divertido escuchar los anuncios de radio de los estados por donde se viajaba, ya que la publicidad dejaba entrever la manera como se percibían a sí mismos los pobladores. Si uno visitaba cualquier país del mundo ocurría lo mismo. Sin embargo, las características que han hecho culturalmente diferentes a los estados y las naciones se empiezan a desdibujar; en la actualidad, impera el libre comercio, y la tira...
Comentarios