DE ENGAÑOS Y PARADOJAS
Teresa Carreón
Hace muchos años, el filósofo polaco Jan Twardowski, en su ensayo sobre la obligación de decir la verdad, afirmó que uno de los derechos humanos frecuentemente violados, es el derecho a la concepción correcta del mundo. De no hacerlo se ocasionaría, un daño profundo al destruir o deteriorar los datos para la concepción correcta y realista del mundo, como condición necesaria de una vida digna del ser humano.
Así pues, en los días recientes, vemos cómo se explican los acontecimientos por parte de algunos protagonistas de la historia y las dificultades que enfrenta el ciudadano común y corriente para hacerse una película correcta de la realidad que actualmente lo aqueja. Para muestra, aquí van algunos botones.
En 2008, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reconoció que la desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectaría a México pero no como en el pasado, “ahora le dará un catarrito y no una pulmonía como antes”.
Sin embargo, en esta semana en Davos, el inversionista estadounidense de origen húngaro George Soros afirmó que la magnitud de la crisis financiera global es mayor que en los años 30 y que es necesario que el Estado intervenga para rescatar a los bancos porque el sector privado no puede hacerlo. La magnitud del problema es significativamente mayor que lo que fue en los años 30. Para ilustrarlo Soros, recordó que en EU “el crédito como un porcentaje del Producto Nacional Bruto (PNB) era de 160% en 1929 y creció hasta 260% en 1932 y comienzos de 1933, como resultado de la deflación y la caída de la actividad económica”. Añadió que en 2008 el crédito se situó en 360% de PNB y aumentará hasta 500% en los próximos años como consecuencia de la deflación y depresión.
Con un pie en la realidad, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, calificó esta crisis como la más importante desde la Segunda Guerra Mundial y la primera crisis financiera global, y explicó que a diferencia de la Gran Depresión de 1929, "esa crisis tardó mucho tiempo en globalizarse y en muchas regiones no les pegó, pero aquí todo el mundo está siendo afectado. Estamos entrando en la etapa más difícil de la crisis", afirmó.
Posteriormente, el presidente Felipe Calderón pidió no hacer pronósticos ni ser demasiado pesimistas sobre el crecimiento del país “ya que pueden generar malas reacciones en las inversiones”, por lo que Ortiz Martínez señaló que "nosotros tenemos la obligación de sacar pronósticos cada trimestre y dadas las condiciones de la economía mundial son evaluaciones que pueden ocurrir ya tomando en cuenta las medidas que se han implementado y no se trata de crear ninguna controversia, sólo es el punto del vista del banco", descartando que existan tensiones con el gobierno Federal.
Por su parte, el ex presidente Ernesto Zedillo, en la mencionada reunión comercial realizada en la estación de esquí suizo, aseguró que el rescate financiero de México en la crisis de 1995 fue más complicado y costoso y afectó a una sociedad más pobre que el que aqueja en la actualidad a Estados Unidos. Calificó de “erráticas e inconsistentes” las medidas de intervención gubernamental que se han seguido hasta ahora. El dicho “el mentiroso es poco memorioso” le queda como anillo al dedo, ya que resulta difícil imaginar una intervención estatal más “errática e inconsistente” que la que él mismo desempeñó cuando era presidente, al ejecutar el rescate bancario, considerado el más grande despojo al erario público que se recuerde y que sigue pagando hasta la fecha el pueblo de México.
Con la declaración de Zedillo, se advierte que más que una crítica hacia las acciones de salvamento que los gobiernos de todo el mundo están poniendo en práctica ante la presente crisis financiera mundial, parece una confesión de culpa con respecto a las faltas cometidas por su administración. El nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama ha subrayado, en reiteradas ocasiones, la necesidad de rescatar a los deudores, no a los banqueros, determinando la intención de solucionar el problema y no profundizarlo como sucedió con Zedillo.
En tanto, en el Foro Social Mundial que se está efectuando en Belém, Brasil, por primera vez no se ha visto la quema de banderas estadounidenses, como ocurría en ediciones anteriores a este encuentro. Además de la pregunta de qué hacer con el capitalismo, otra interrogante suena con fuerza en esa sede: ¿dónde tenían los Gobiernos del mundo esos miles de millones de dólares que ahora se sacan de la manga para salvar el sistema financiero y de los que carecían cuando se trataba de invertir en educación o salud?
La banda Queen aporta la canción “You don't fool me” (No me engañas), con la que mejor me voy con la música a otra parte: No me engañas /No me engañas… /Da, da da da dah /Da da dah... /No me engañas - con esos ojos bonitos / Esa sonrisa sexy - no me engañas /No me dominas - no eres una sorpresa /Me dices mentiras - no me engañas…
Hace muchos años, el filósofo polaco Jan Twardowski, en su ensayo sobre la obligación de decir la verdad, afirmó que uno de los derechos humanos frecuentemente violados, es el derecho a la concepción correcta del mundo. De no hacerlo se ocasionaría, un daño profundo al destruir o deteriorar los datos para la concepción correcta y realista del mundo, como condición necesaria de una vida digna del ser humano.
Así pues, en los días recientes, vemos cómo se explican los acontecimientos por parte de algunos protagonistas de la historia y las dificultades que enfrenta el ciudadano común y corriente para hacerse una película correcta de la realidad que actualmente lo aqueja. Para muestra, aquí van algunos botones.
En 2008, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reconoció que la desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectaría a México pero no como en el pasado, “ahora le dará un catarrito y no una pulmonía como antes”.
Sin embargo, en esta semana en Davos, el inversionista estadounidense de origen húngaro George Soros afirmó que la magnitud de la crisis financiera global es mayor que en los años 30 y que es necesario que el Estado intervenga para rescatar a los bancos porque el sector privado no puede hacerlo. La magnitud del problema es significativamente mayor que lo que fue en los años 30. Para ilustrarlo Soros, recordó que en EU “el crédito como un porcentaje del Producto Nacional Bruto (PNB) era de 160% en 1929 y creció hasta 260% en 1932 y comienzos de 1933, como resultado de la deflación y la caída de la actividad económica”. Añadió que en 2008 el crédito se situó en 360% de PNB y aumentará hasta 500% en los próximos años como consecuencia de la deflación y depresión.
Con un pie en la realidad, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, calificó esta crisis como la más importante desde la Segunda Guerra Mundial y la primera crisis financiera global, y explicó que a diferencia de la Gran Depresión de 1929, "esa crisis tardó mucho tiempo en globalizarse y en muchas regiones no les pegó, pero aquí todo el mundo está siendo afectado. Estamos entrando en la etapa más difícil de la crisis", afirmó.
Posteriormente, el presidente Felipe Calderón pidió no hacer pronósticos ni ser demasiado pesimistas sobre el crecimiento del país “ya que pueden generar malas reacciones en las inversiones”, por lo que Ortiz Martínez señaló que "nosotros tenemos la obligación de sacar pronósticos cada trimestre y dadas las condiciones de la economía mundial son evaluaciones que pueden ocurrir ya tomando en cuenta las medidas que se han implementado y no se trata de crear ninguna controversia, sólo es el punto del vista del banco", descartando que existan tensiones con el gobierno Federal.
Por su parte, el ex presidente Ernesto Zedillo, en la mencionada reunión comercial realizada en la estación de esquí suizo, aseguró que el rescate financiero de México en la crisis de 1995 fue más complicado y costoso y afectó a una sociedad más pobre que el que aqueja en la actualidad a Estados Unidos. Calificó de “erráticas e inconsistentes” las medidas de intervención gubernamental que se han seguido hasta ahora. El dicho “el mentiroso es poco memorioso” le queda como anillo al dedo, ya que resulta difícil imaginar una intervención estatal más “errática e inconsistente” que la que él mismo desempeñó cuando era presidente, al ejecutar el rescate bancario, considerado el más grande despojo al erario público que se recuerde y que sigue pagando hasta la fecha el pueblo de México.
Con la declaración de Zedillo, se advierte que más que una crítica hacia las acciones de salvamento que los gobiernos de todo el mundo están poniendo en práctica ante la presente crisis financiera mundial, parece una confesión de culpa con respecto a las faltas cometidas por su administración. El nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama ha subrayado, en reiteradas ocasiones, la necesidad de rescatar a los deudores, no a los banqueros, determinando la intención de solucionar el problema y no profundizarlo como sucedió con Zedillo.
En tanto, en el Foro Social Mundial que se está efectuando en Belém, Brasil, por primera vez no se ha visto la quema de banderas estadounidenses, como ocurría en ediciones anteriores a este encuentro. Además de la pregunta de qué hacer con el capitalismo, otra interrogante suena con fuerza en esa sede: ¿dónde tenían los Gobiernos del mundo esos miles de millones de dólares que ahora se sacan de la manga para salvar el sistema financiero y de los que carecían cuando se trataba de invertir en educación o salud?
La banda Queen aporta la canción “You don't fool me” (No me engañas), con la que mejor me voy con la música a otra parte: No me engañas /No me engañas… /Da, da da da dah /Da da dah... /No me engañas - con esos ojos bonitos / Esa sonrisa sexy - no me engañas /No me dominas - no eres una sorpresa /Me dices mentiras - no me engañas…
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