VIVIR CIEN AÑOS


Teresa Carreón



Casi de forma simultánea veo un documental auspiciado por National Geographic y escucho a Joaquín Sabina. Ambos disertan sobre las posibilidades de vivir cien años. Ambos lo hacen de forma completamente diferente.

National Geographic patrocinó al investigador Dan Buettner quien, junto con un grupo de científicos, viajó a ciertas zonas del planeta denominadas “zonas azules” por estar pobladas por un mayor número de personas longevas, que superan los 100 años de vida.

Buettner relata en ese documental que en Cerdeña, Italia, los centenarios encontrados –en su mayoría hombres -, consumen diariamente dos vasos de vino tinto. En las islas de Okinawa en Japón, viven, disfrutando de una extraordinaria salud, las mujeres más ancianas del mundo. En Loma Linda, California, los científicos encontraron una comunidad de adventistas del séptimo día, cuyos hábitos los han vuelto muy longevos: su dieta diaria está compuesta por cantidades abundantes de verduras, sus relaciones familiares son muy buenas y cuentan con un día dedicado estrictamente al descanso. La cuarta zona azul fue descubierta en la península de Nicoya, en Costa Rica, cuyos habitantes comen muchas frutas y cereales ricos en antioxidantes. Se le considera la zona azul más grande, porque ahí vive más gente que supera los 100 años.

El resultado de estas investigaciones se han plasmado en el libro: “Las zonas azules: lecciones para vivir más por parte de la gente que más ha vivido”. La conclusión general es que en esa zonas, los ancianos han llevado toda su vida una dieta ligera a base de verduras, su actividad física ha sido regular a lo largo de su vida, aunque de baja intensidad, participan activamente en tareas familiares, cuentan con grandes amistades, tienen fe y un propósito en la vida, y una característica muy importante común en todos ellos, es que se mantienen alejados de los ruidos, del estrés.

Pienso en la vejez en México, en los motivos que tenemos para levantarnos cada día y la experiencia que cada uno ha ido adquiriendo y desarrollando. Si todo lo anterior lo colocamos bajo la óptica del apetito de vivir plenamente, surge de inmediato la pregunta, ¿es posible llegar a vivir 100 años en México?

En nuestro país, la esperanza de vida en 1930 era cercana a los 34 años, en el año 2000 aumentó a 75 y se ha mantenido así hasta 2009, aunque esa cifra podría descender en las próximas décadas, debido al impacto de la obesidad y de la violencia desatada en los años recientes. Por ello, me pregunto si realmente quiero vivir 100 años en calidad de desastre, en un país que ni a los niños y mucho menos a los ancianos se les garantizan los satisfactores que les procuren un bienestar aunque sea mínimo.

Mejor me voy con la música a otra parte con la canción “Pastillas para no soñar” del gran Joaquín Sabina: Si lo que quieres es vivir cien años /No pruebes los licores del placer. /Si eres alérgico a los desengaños /Olvídate de esa mujer. /Compra una máscara antigas, /Mantente dentro de la ley. /Si lo que quieres es vivir cien años /Haz músculos de cinco a seis. / Y ponte gomina que no te despeine /El vientecillo de la libertad. /Funda un hogar en el que nunca reine /Más rey que la seguridad. /Evita el humo de los puros, /Reduce la velocidad. /Si lo que quieres es vivir cien años / Vacúnate contra el azar… 

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