ITZAMKANAK O EL TIGRE


Teresa Carreón

teresacarreon@gmail.com


Los mexicanos poco conocemos nuestra patria y los mecanismos existentes de promoción y difusión turística han contribuido a esa situación.


Lo anterior lo comento porque recientemente visité Candelaria, cabecera municipal que se encuentra al sur del estado campechano, en medio de la selva tropical, atravesada por el río más caudaloso de la región, cuyo nombre también es Candelaria. Al entrar a esa población, me intimidó una imponente estatua de Cuauhtémoc de quien se dice que murió en esa comarca a manos de los españoles de quienes iba huyendo por el río.


Preguntando a sus habitantes me contaron que sus antepasados chontales que se asentaron en ésta zona aprendieron a convivir en un mundo donde el agua regía sus vidas, de modo que la hicieron su aliada. Los principales ríos d
el lugar, se convirtieron junto con la Laguna de Términos, en calzadas líquidas para el transporte de mercancías, el intercambio de alimentos, de bienes suntuarios y cultura, obteniendo la reputación de ser los mejores comerciantes mayas.


También me relataron que al oriente de la chontalpa existió un cuchcabal o reino de nombre Acalán, que agrupaba a más de setenta pueblos. Itzamkanak fue su legendaria capital y durante muchos años aventureros y arqueólogos la buscaron con afán.

Entre Calakmul y Palenque, a la orilla del río Candelaria y estratégicamente alzadas sobre un montículo, se asoman varias pirámides, restos de templos y adoratorios que hasta hace poco se mimetizaban con el paisaje. Hasta el momento se han localizado en el área del río Candelaria alrededor de 150 sitios, de los cuales El Tigre es el mayor que, según los arqueólogos, son los restos de Itzamkanak.


Cuando Cortés viaja a Las Hibueras en 1525, se desvía de su camino para conocer la ciudad de Itzamkanak. Por la descripción que hace de la misma en la Quinta Carta de Relación, su aspecto se asemeja a El Tigre. Según Bernal Díaz del Castillo en su “Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España”, el conquistador Cortés ordenó colgar al emperador Cuauhtémoc muy cerca de Itzamcanac.


Al visitar Candelaria y sus bellos e históricos sitios, no puedo dejar de reconocer que la riqueza cultural y artística que atesora es enorme y merece difundirse.


Mejor me voy con la música a otra parte con una estrofa del Himno Campechano: Son tus cantos cual cantos de ave / que en tus bosques pacíficos vive / y en las ramas cantando recibe como tú, / de los libres el Sol esos himnos / tus hechos recuerden / y los copie en su libro la historia /para grata y eterna memoria / de tu fe, tu constancia y valor…






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