CANCÚN PARA LOS CANCUNENSES


Teresa Carreón

No resulta fácil definir lo que es una ciudad, ni determinar por qué surgen, sin embargo, todo el mundo reconoce una ciudad en cuanto la ve: tiene una alta densidad de población, construcciones muy cercanas unas de otras y una gran actividad económica en sus calles, sobre todo del sector servicios.

En las ciudades, las principales funciones urbanas son la comercial -que hoy en día es la razón de ser de todas las ciudades-, la residencial -en la que vive la mayor parte de la población-, la administrativa -por la concentración de los centros de decisión tanto públicos como privados- y la función cultural -en ella se encuentran los principales centros de ocio y de difusión de ideas y opiniones-. El turismo urbano se alimenta de esta concentración cultural.

Las ciudades surgen de comunidades -muchas de ellas con cercas o palizadas, o pequeños muros bordeándolas- agrícolas y pastoriles que fueron creciendo a medida que fueron capaces de sostener a poblaciones más numerosas.

Por la evolución regional de la agricultura y el desarrollo urbano, en Mesoamérica en general, y en México en particular, los principales ejemplos son Tenochtitlan y Teotihuacan.

Cancún fue asiento de los Itzaes, pueblo maya que habitó las grandes selvas del estado de Quintana Roo. Los mayas chontales aprendieron el arte de navegar y establecieron puertos de comercio en el año 918 después de Cristo. Posteriormente, las costas de Quintana Roo y los mares fueron de piratas que dominaban lo que actualmente se conoce como Caribe Mexicano. Siglos después, llegaron los españoles con Francisco de Montejo al frente (1526) a explorar la península de Yucatán.

Cozumel e Isla Mujeres se hallaban deshabitadas debido a la falta de seguridad ocasionada por las constantes invasiones de los piratas, pero en 1848 se empezaron a repoblar. Ciento veinte años después, en 1968, el presidente Díaz Ordaz encarga al Banco de México un Plan Nacional de Turismo, para determinar qué áreas del territorio nacional podrían ser viables, quedando Quintana Roo e Ixtapa Zihuatanejo en la selección, por lo que se crea Infratur (hoy Fonatur) para realizar el proyecto turístico.

Así, en 1976, Cancún ya contaba con más de dos mil cuartos de hotel, y los visitantes rebasaban los 180 mil. En 1981, se celebra el "Dialogo Norte-Sur", reunión de mandatarios provenientes de 23 países y Cancún, al convertirse en sede de la importante reunión, empieza a recibir turistas de todas partes del mundo. En 1984 Gorge Bush y Mijail Gorvachov se reúnen en Cancún.

El huracán "Gilberto" azota en 1988 ese destino turístico con una fuerza de aires de más de 250 kilómetros por hora durante ocho horas, dejando copiosos daños e irreparables pérdidas humanas. El concurso de Miss Universo se realiza ahí mismo, un año después, mostrando al mundo su rápida recuperación.


Hoy en día existen en Cancún bares, clubes y restaurantes de nivel internacional, campos de golf, atracaderos, marinas, embarcaciones que prestan servicios náuticos y de excursión, teatros, eco parques, museos, centros comerciales y artesanales, y todo ello, constituye la variada y magnífica oferta de alojamiento, restaurantes, cultura, diversión y entretenimiento.

La Zona Costera es una franja de arena blanca que recorre todo el este del municipio y es la principal atracción turística de la ciudad. Existen playas públicas desde Puerto Juárez hasta llegar a la Zona Hotelera, con accesos señalados. El acceso a la restante franja de playas ha sido restringido por las diversas cadenas hoteleras, por lo que sólo se puede acceder caminando sobre la misma playa desde cualquiera de los accesos públicos.

Pero detrás de todo el glamour y la enorme infraestructura hotelera, en Cancún y sus alrededores viven también Deni, Olga, Lupita, Claudia, Irene, Mayte y José, que se han ido de la ciudad de México, con todo y sus familias, en diferentes momentos, buscando las posibilidades que no encontraron en la ciudad, o bien, emprendiendo el sueño de vivir la vida en el paraíso. Y todos ellos son ya cancunenses decididos a defender su ciudad y sus sueños, a pesar de la crisis económica que hoy se vive.

No se sabe aún de qué tamaño será el perjuicio de la crisis en las finanzas personales de los mexicanos, pero ya existen señales de que en menor o mayor medida muchos se verán obligados a cambiar planes, a cambiar hábitos de consumo, a valorar con detalle cada uno de los gastos. Todo ello, como consecuencia de la volatidad del dólar, la incertidumbre de los mercados y la caída en las finanzas internacionales. Los negocios de turismo en Cancún, que ya habían sufrido este verano de 2008 la menor afluencia en los últimos 15 años, están enfrentando cancelaciones de reservaciones, excursiones y otro tipo de pedidos.

Para hacerle frente al "catarrito" producido por los vaivenes económicos mundiales, Televisa, en voz de las estrellas más visibles, aconseja cómo afrontar la crisis de un modo muy profundo: "no se preocupe", dicen serenamente. "Cuando escuches que la crisis es muy grande, responde que más grande es el amor por nuestro país", dice Lucero con una simulada sonrisa. Y Adal Ramones, quien hace dos años tuvo un grave problema con Hacienda por una evasión fiscal de más de dos millones de dólares, agrega "ningún problema es más grande que nuestro corazón".

Por todo lo anterior, sólo me resta recomendarles a mis queridos familiares y amigos de Cancún que, si el tipo de cambio les angustia, si no saben qué va a pasar con sus ahorros o temen que la empresa en la que trabajan despida a una parte de su personal… respiren profundo, cuenten hasta 10 y vuelvan a ver el mensaje de Televisa.

Otro producto de Televisa, Paulina Rubio, mejor conocida como la chica dorada, interpreta la canción "Cancún y yo", con la que mejor me voy con la música a otra parte: ¡Qué pena que no estés tú/ para que vieras qué mar/ qué agua tan más azul/ y sus olas!/ ¡Qué pena que estés tan lejos/ y tú te pierdas este amanecer/ ¡Ay, qué pena! Si supieras cómo está Cancún!...

Comentarios

Entradas populares de este blog

INTO THE WILD (AVENTURA EN ALASKA)

Edna St. Vincent Millay: "Lo que mis labios han besado" y "El amor no lo es todo"

Edgar Morin: "El siglo del conocimiento puede ser el siglo de la ceguera"