EL EJERCICIO DE CON – MEMORAR

Teresa Carreón

La mejor parte de nuestro pasado es el legado intelectual y ético que nos dejan nuestros próceres. Renunciar a él supone una grave negligencia que compromete nuestro futuro. Somos albaceas de su herencia, responsables de las consecuencias que acarree su descuido. Por eso es un deber y una necesidad tener presente y hacer vigente el pensamiento de quienes han forjado nuestra patria. De ahí que la llamada a la memoria nos concierne a todos: nos convoca.

Lo memorable es una categoría que aplica a aquello digno de ser recordado, pero solamente se emplea a acontecimientos específicos, ya que por su importancia se han ganado el derecho a ser recordados. Porque al jerarquizar los acontecimientos, estamos proyectándonos hacia el futuro, porque el pasado nos da las herramientas para afrontar el porvenir. De ahí que el ejercicio de memoria nos coloca con los ojos puestos en el mañana. Nuestra memoria es perspectiva y ordena jerárquicamente los acontecimientos que más estimamos.

El ejercicio de memoria que es el que ahora interesa más por la convocatoria del gobierno federal a festejar el bicentenario de la independencia mexicana, se sitúa entre lo personal y lo social, supone un conjunto común de recuerdos y leyendas, reales o inventadas, que comparten y gravitan sobre el grupo humano que aglutina: que da lugar a que las personas se reúnan para recordar en común, o sea, para con-memorar lo que les une.

Pero no es suficiente recordar y ya, porque el ejercicio de memoria cuando es colectivo, implica “un hacer”, o sea, se busca darle un sentido, un porqué y un para qué, las imágenes del pasado se colorean con las tonalidades y matices de las emociones, ya que los recuerdos pasan por el corazón. Así, cuando el recuerdo es compartido, surgen la concordia, la unión emocional del grupo, y el coraje y la fuerza para proteger lo memorable.

Así pues, al revisar nada más dos ejercicios de conmemoración en dos sitios de nuestro país no tan distantes, pero sí gobernados por dos partidos políticos diferentes, encontramos dos acciones de remembranza diferentes: uno en Querétaro y otro en Michoacán.

El gobierno panista de la alcaldía de la capital queretana, como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, adornó la ciudad con pendones con imágenes alusivas a héroes históricos, entre quienes incluyeron a Porfirio Díaz, dictador contra quien Francisco I. Madero se levantó en armas en 1910, y Victoriano Huerta, quien tras un golpe de Estado asesinó al propio Madero, que había sido electo presidente de manera democrática tras el exilio de Díaz. Para el gobierno capitalino encabezado por Francisco Domínguez Servién, tanto Porfirio Díaz y Victoriano Huerta son personajes dignos de ser recordados y honrados colocando su imagen en pendones por las principales avenidas de la ciudad junto a las de Pascual Orozco, José María Pino Suárez, Ricardo Flores Magón, entre otros.

Mientras leía esa nota, mi amiga Irene Hernández Díaz –Guerrero, me enlaza vía Facebook, una exposición de la Revolución Mexicana presentada en Buenavista, Michoacán denominada “100 años tan lejos y tan cercanos”, cuyos autores son Armando Castellanos López y Mirella Llhui Fournier, en la que se pueden observar fotos de Zapata, de obreros mexicanos, de la huelga ocurrida en 1906, pero también se repasan los acontecimientos de la independencia donde se muestran pinturas alusivas al reparto agrario emprendido por Miguel Hidalgo, se presenta el manifiesto “Abrid los ojos”, se exhibe la bandera insurgente que Morelos impuso a sus jefes, se puede conocer a María Manuela Molina, la Capitana, personaje proveniente de Taxco Guerrero que los libros de historia han olvidado por completo, se describe a María Josefa Ortiz; además el visitante puede leer y recrearse con fragmentos del manuscrito de Morelos “Sentimientos de la Nación”. Por lo que se puede apreciar, es un ejercicio de historia plásticamente hermoso, didáctico, ameno y de pleno reconocimiento de nuestro pasado.

Mejor me voy con la música a otra parte con la canción “Mañanas de Hidalgo” de autor anónimo: "¡Arriba Miguel Hidalgo /que ha llegado a nuestra tierra, /que ha matado gachupines y que les hace la guerra!"


Video de Yoshifag

De última hora: Los festejos exaltan a contrarrevolucionario


Dentro del desfile del 15 de septiembre de Chapultepec al Zócalo con motivo del bicentenario se dio gran realce a una figura de 20 metros de altura llamada El Coloso, que representa al contrarrevolucionario y traidor Benjamín Argumedo, quien apoyó el levantamiento reaccionario de Pascual Orozco contra Madero, reconoció al gobierno usurpador de Victoriano Huerta y combatió a los revolucionarios. Argumedo fue feroz enemigo de Pancho Villa en Durango y Coahuila, fue derrotado por Francisco Murguía y murió fusilado por los carrancistas como traidor que era. Y hoy en 2010 se busca rescatarlo del basurero de la historia. De esta manera, a la par que desprestigian y banalizan a los verdaderos héroes, tratan de enaltecer a los traidores como fue Argumedo. Esto es sólo un botón de muestra del contenido de las celebraciones en las que el gobierno actual ha derrochado casi 3 mil millones, con tal ineptitud que no acabaron ni siquiera la Estela de Luz o el Parque Bicentenario de Azcapotzalco.

Pablo Moctezuma Barragán

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