¿Por qué escribo?
Siempre he escrito. De forma mecánica, sin perseguir ningún objetivo, lo he hecho como si desprendiera gotas de sudor de mi cuerpo, sin conciencia alguna. He archivado esos escritos y al volver a ellos y leerlos me ha sorprendido lo mal redactados, llenos de palabras cargadas de egoísmo al no desarrollar las ideas de forma correcta y apropiadamente. Por ello, he destruido todo y con ello, he borrado sentimientos, ideas, posibles proyectos. El hábito de la lectura lo he tenido siempre pero en dos épocas de mi vida he sido más constante con lecturas seleccionadas por gusto: cuando era joven y en la época actual considerados los sesenta años como la tercera edad de la vida. Antes me interesaban las lecturas por las historias que podía conocer y los aprendizajes nuevos. Ahora me conmueven las frases bien hechas los párrafos divertidos llenos de reflexiones intensas, profundas, elaboradas con maestría. Subrayo las líneas que me hubiera gustado escribir para repasarlas, releerlas...