Hablando conmigo desde Arequipa, Perú
Ayer en cuanto llegamos a Arequipa, fuimos a una farmacia donde compre la medicina adecuada que me ha controlado la tos y el catarrín. Toso menos frecuente y desgarradoramente, aunque para dormir, tenga que ponerme una pastilla Halls en la boca para hacerlo de corrido... Caminamos mucho (¡no veas los chamorros que me cargo!), y eso permite sacar muchas fotos de sitios, aves, perros, gatos (aunque en Arequipa no he visto ni perros ni gatos, a diferencia de Arica, Chile, donde había más que gentes), volcanes, cordilleras, nubes, cielos, neblinas, arena, mar... Me queda claro que la sorpresa puede ser infinita tratándose de la Pacha Mama. Camino a Arequipa he visto en el camino infinidad de montículos de piedra que dicen que los herederos de los Incas van poniendo en homenaje a la Pacha Mama... Escribo a no sé quien, a nadie, a alguien que pase los ojos por esto, porque me queda claro que el sábado por la noche solo yo estaré aquí conversandome las maravillas del viaje, o como dice D...