LAS PIFIAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA


TEXTO DE MARCIANO DURÁN

H@nalfabetos

Andamos en moto sin libreta de conducir.
Y así nos va.

Porque para andar en moto por estos días, sólo se precisan dos cosas: moto y ganas.
Entonces chocamos, pisamos, caemos y rodamos.

Con las computadoras hacemos lo mismo.
Parece ser argumento suficiente para manejar una computadora el tener una al alcance de la mano.
Por lo tanto….las chocamos en cualquier esquina en que se cruce una web con un blog, un muro de Facebook con un e-mail.

Lo que pasa es que viene ganando la cultura de “hacer” a la de “conocer”, la de “usar” a la de “saber”, la de “tener” a la de “aprender”.

Me da la sensación que estamos frente a una generación de usuarios con mucha tecnología, mucho tiempo a disposición, poco sentido común, escasa información y reducidas ganas de cuestionar lo que va recibiendo en sus monitores.

Está bien…estoy generalizando.
No debo hablar de una generación, debo hablar de millones de usuarios de teclado fácil.

¿A dónde voy?
A la falta del más mínimo criterio para cuestionar lo que nos llega.

Desechando autores

Acá va un ejemplo personal para tratar de explicarlo:
Desde hace unos años nuestro texto “Desechando lo desechable” circula por el ciberespacio con distintos títulos: “Me caí del mundo”, “Porque todavía no tengo DVD” y “Para mayores de 40” (entre otros).
Y con la firma de Eduardo Galeano (que no soy yo).

Así que traté de entender por qué estaba sucediendo eso.

Calculo que fue así:
Este dedito reenvió nuestro texto y este otro lo recibió.
Y como aquel que se sube a una moto solamente porque tiene moto, este dedito resolvió compartirlo con alguien de su entorno.
Entonces hizo los deberes: copió y pegó.
Y copiar, recortar y pegar -algo que hacíamos sin muchas complicaciones en la escuela- ahora está apareciendo como una materia difícil de salvar en internet.
Sin apoyar convenientemente el cursor, se le quedó seguramente sin pintar la primera parte y la última: el título y la firma.
Y este pícaro gordito lo recibió y pensó:
“¡Ta’ lindo, lástima que no tiene título!”
Entonces hizo justicia por mouse propio, buscó en la crónica una frase que sirviera de título y la mandó para el principio.
Y éste otro dedito le puso la sal: “Esto se parece a las cosas que escribe Galeano”.
“¡Y sí! se ve que se olvidaron de ponerle la firma. Y bueno…yo se la pongo”.
Y los pícaros gorditos se la comieron, toda…todita.
Y ahí anda rebotando y multiplicándose en cada computadora en la que cae.
Y tuve que escribirle a mi admirado Galeano para contarle lo que estaba pasando.

Y el texto siguió creciendo.
Era poco creíble lo que sucedía: foros, encuentros de políticos, congregaciones religiosas, programas de TV, congresos de salud, obras de teatro, reuniones de ecología, convenciones de profesionales y programas de educación incluyeron nuestro texto con la firma de Galeano.

Y el texto (que es coherente) comenzó a reciclarse a sí mismo.
Un par de veces por año alguien propone un nombre nuevo y lo recicla vía internet.

Se traduce al inglés, al francés, al italiano, al alemán, al portugués y al catalán.
Forma parte de presentaciones teatrales, se proponen homenajes a Galeano, aparecen power point muy bonitos que recorren la red, los diarios de papel de distintos países lo publican y se comercializa de mil maneras: audio, posters, i-book, cuadritos, CD y hasta camisetas con frases del texto.
Todos toman naranjada y el pobre naranjo nada.
Y no está mal.
La naranjada debe ser para los que la toman y los naranjos –hasta donde yo sé- no consumen naranjada.
Los naranjos se alimentan de otras cosas.
Pero siento cosquillas en la barriga.

Mis tres textos más exitosos son tuyos

Entonces Galeano empieza a recibir felicitaciones en cada lugar que llega.
Y aclara desde México: “Porque en mi larga vida de escritor, los tres artículos que más repercusión tuvieron y por los que me paran en la calle para felicitarme y circulan con mi firma en internet, no son míos. Uno se refiere a “Las cosas viejas”, otro que se llama “Por qué no tengo un DVD”, lo cual es falso porque sí tengo y otro que es “Mi nieta Sofía” y yo no tengo ninguna nieta Sofía. Entonces están estos tres trabajos de enorme éxito y que me felicitan por eso que yo no escribí. Y habiendo escrito tanto, empiezo a deshojar la margarita… me mato, no me mato, me mato, no me mato…”

Más adelante me escribe: “el drama mío es que mis tres textos más exitosos son tuyos, y no míos, así que cada vez que me felicitan en la calle, diciéndome cosas como: es lo mejor que escribiste, qué maravilla, yo me pongo a deshojar la margarita para ver si me mato o no me mato”.

Hacé una prueba.
A vos te hablo.
Al que está leyendo esto.
Escribí “Me caí del mundo” entre comillas en un buscador y a continuación colocá la palabra “Marciano”.
Aparecerán 600 páginas que vinculan mi nombre con este texto.
Pero si a continuación en vez de “Marciano”, ponés “Galeano”, el resultado son ¡6.500 quinientos páginas!

“No consigo andar por el mundo tirando cosas” y el nombre de este extraterrestre ofrecerá 10.000 versiones. Asociada al autor de la Venas Abiertas: ¡48.000 páginas!

Podría seguir con más ejemplos, pero tengo la sensación que ya me creyeron.

Algo malo está pasando en internet.
Están sucediendo cosas feas en la red de redes.
Parece que un grupo importante de usuarios de internet anda manejando sin libreta y se ha subido a los autitos chocadores.

Virus, operaciones y lunas de Marte

Cuando éramos niños nos decían:
“¿Quién sos vos que la radio no te nombra?”
Un poco más grandecitos el concepto fue:
“Lo que no aparece en la tele no existe”.
Por estos años la consigna parece ser:
“Si me llegó por internet es cierto.”
¡Miren si un medio tan caro, tan sofisticado, tan inteligente, tan democrático, tan moderno va incluir cosas que no son ciertas!

Entonces cada vez que llega el 27 de agosto nos avisan vía internet que se verán dos lunas en el cielo.
¡Y nosotros salimos al patio a observar el mayor acercamiento de Marte con nuestra casa, con la esperanza de ver dos lunas y a un marciano en el techo de la casa del vecino!
A los pocos días en impúdicos correos -con cientos de direcciones a la vista- nos avisan que llegará un mail que se llama “La vida es bella” y nos dicen que no vayamos a abrirlo porque hará que nuestra computadora explote en mil pedazos y…. “¡avísale a todos tus amigos”
Y nosotros les avisamos.
No hay de qué, señor.

A la semana nos avisan que –María Mascardi- una niña de 9 años necesita urgente un tratamiento médico muy caro.
Por cada correo que enviemos… a María le llegará un dólar y podrá operarse.
Esta semana María Mascardi es la hija de un empleado bancario de Nico Pérez, pero recuerdo que hace un par de meses era hija de un aduanero de Massachusetts y se llamaba Mary Mascardi. El año pasado vivía en el país vasco y se llamaba Mary Carmen y hace cinco años (María tenía también nueve años) debían operarla en Porto Alegre.
No se muere, no envejece, no la operan nunca, pero su mamá sigue mudándose de Casupá a Bilbao y de Massachusetts a Nueva Palmira solo para poder repartir nuestras direcciones por todo el mundo.

Al mes nos avisan que está desaparecida Jennifer García, la hija de un empleado bancario. “Sólo hacen falta 2 minutos para hacer circular el mensaje. Si se tratase de tu hijo (a) harías lo imposible por obtener ayuda. Dios premiará tu bondad.”
Y este gordito se la comió.

Es que ellos apuestan a nuestra ingenuidad y a nuestra ambición.

Una y una.
Una vez nos descubren ingenuos y nos venden trasplantes y desapariciones de niños a cambio de nuestro banco de direcciones.
Otra vez nos advierten ambiciosos y nos ofrecen gratis lo que se vende caro en el shopping, o nos proponen ser los únicos que nos beneficiaremos del secreto que nos mandan.
Una y una.

Ellos saben muy bien que esa mezcla de letras con un @ en el medio, da como resultado una dirección, es decir –allí- atrás de la dirección y adelante del monitor hay un tipo que además de confiado es ingenuo y ambicioso.

El primer examen ya lo dimos y lo salvamos con buena nota.
Después nos mandarán carnadas para obtener peces con forma de números telefónicos, direcciones reales y hasta tarjetas de crédito.
De nada, señor.

En primavera recibimos un correo de un periodista que nos hace saber del tráfico de órganos de niños. ¡Y se muda de Nueva York a la Barra del Chuy para escribirnos!
Como si fuera poco cada dos meses nos amenazan con enviarnos una computadora de regalo.
En invierno nos avisan que Bill Gates está compartiendo su fortuna y nos enviará un dólar por cada correo que nosotros enviemos, y…. “¡Cierra Hotmail! ¡Cierraaaaaa Hotmailllll! Atención, debido a rigurosos cambios en nuestro website, pedimos a usted, que nos envié con el carácter de urgente, los datos solicitados a continuación a este e-mail.”
Y no sólo se los mandamos, sino que además pedimos a nuestros amigos y familiares que por favor no queden afuera de Hotmail.
A las órdenes, señor.

¡En verano nos avisan que están haciendo bonsái con gatitos!
“¡No ignores esto por favor! ¡Sólo te tomará un par de minutos! Hay un terrible tráfico de órganos en nuestro país (es decir en todos los países) Le sacaron los riñones a un joven a quien drogaron y ahora está en el hospital.

En otoño nos piden prestada nuestra cuenta bancaria para depositarnos medio millón de dólares porque en la de ellos ya no cabe un dólar más y el dinero se les vuelca para este lado del mostrador.
A la semana nos enseñan a sobrevivir a un ataque al corazón “cuando estemos solos,
tosiendo repetida y muy fuertemente, respirando profundamente antes de cada tosido, y el tosido, debe ser profundo y prolongado”
Mientras tanto los porfiados y muy tontos de la Cruz Roja dicen que eso no es cierto.

Esta es la última vez que me muero

Cerca de fin de año nos mandan el poema “Muere lentamente” firmadito por Pablo Neruda.
Y lo leen por la tele y aplauden a Neruda una y otra vez y la brasilera Martha Medeiros (verdadera autora del texto) lo mira por TV.
“Me gusta cuando callan”, pensará la Medeiros.

Es que la gente insiste, la gente es porfiada, la gente no chequea, la gente compra la primera oferta.

En año nuevo nos envían el poema “Instantes” de Jorge Luis Borges:
“Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores… empieza diciendo con forma y olor a poster, a tarjeta y a power point el poema “Instantes”.

Y el pobre Borges se revuelve en la tumba.
Y más se revuelve (pero no en la tumba) Nadine Stair verdadera autora del poema.
¡El texto más famoso de Borges no es de Borges!

Creo que estamos leyendo sin libreta ni propiedad.
¿Será tan difícil reconocer la pluma de Borges, de Neruda o de Galeano?
¡Se están comiendo plumeros pensando que son pollos!

Al mes nos mandan “La Marioneta” de Gabriel García Márquez, poema con el que el Premio Nobel colombiano se despide de sus amigos, tras saber que tiene cáncer.

“Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida… …pero Gabo goza de buena salud, no escribe poesía y desmiente que sea de él.
Pero no hay caso.
¡Andá a explicarles!
Nadie los convencerá de que este poema es de un ventrílocuo mexicano llamado Johnny Welch.
Otros hablan por vos Johnny.
Lo de siempre.

Si señor….nos han wiquipedizado.
¡Basta de razonamiento propio!
¡Basta de cuestionamientos lógicos!
¡Basta de dudas razonables!
¡Si lo dice internet es cierto!

Miren…hace poco en un foro encontré que un lector decía:
-Siempre me gustó lo que hacía el escritor desaparecido Marciano Durán..
Y otro le preguntó:
-¿Cómo? ¿Marciano Durán falleció?
-Sí- contestó la primera persona muy suelta de teclado- falleció hace un año.
Enseguida se colgaron otros internautas.
Unos dolidos, otros perplejos y algunos sonrientes.
Pero todos convencidos.
A ninguno se le ocurrió dudar de la información (lo decía Santa Internet)
Así que mandé un correo diciendo, que era mentira, que yo estaba vivo, que incluso se los podía jurar por mi propia vida.
Ninguno me creyó.

Me quedaban otras sorpresas por vivir después de mi injusta e inesperada muerte.

¡¡¡¿Tú también Marcos Bruto?!!!

Creo que no es necesario que presente a Marcos Aguinis.
Me refiero al multipremiado, hiperpopular y superreconocido escritor argentino.
“El elogio del Placer” es su último libro convertido en Best Seller.
Allí se encarga de elogiar al placer y de cobrar viejas cuentas pendientes.
Transcribe más de trescientas palabras de “Desechando lo desechable” y desde la página 223 a la 233 en el capítulo “¿Cuestionar el progreso?” se encarga de pegarle a Galeano.
Una y otra vez.
Derecha e izq… es decir derecha y derecha, derecha y derecha.
Un golpe atrás de otro.

¡Tú también Marcos Bruto!
¡Ese texto no es de Galeano, Marcos!
¡Cualquier h@nalfabeto se da cuenta!

Extracto algunas de las frases:
“La izquierda ahora se ha tornado escéptica y paradójicamente conservadora.
Es una izquierda que le teme al futuro”.
¡No Marcos, no!
¡Es sátira, es broma, es humor y no es Galeano!
Después de citar varias frases de nuestro texto creyendo cual nobel usuario de computadoras o motociclista sin casco ni libreta que es de Galeano le contesta al escritor compatriota:
“El progreso no consiste en dejar de hacer cosas, sino en que haya cosas mejores para hacer, Galeano”.
Así, como levantando el dedo índice y moviéndoselo en la cara a Eduardo.
Sólo faltó “¿entendiste zurdito?”

Después de seguir citando “Desechando lo desechable” en varios pasajes, agrega:
“Ese es el progreso que soñaba el socialismo utópico, luego el científico y la guerrilla guevarista, estimado Galeano”
Acá le antepone el “estimado”.
Y hace bien porque Eduardo es estimado (salvo justamente por él, que hace tiempo esperaba una excusa para golpearlo desde un libro).
Los libros no deberían usarse para golpear a la gente, Marcos.
Fueron pensados para otros fines.
“Me parece que Eduardo Galeano es un escritor lleno de miedo y lo abruma la nostalgia por el tiempo pasado que fue mejor porque es conocido”.



Seguro que en los próximos días aparecerá el próximo libro de Aguinis con el título “Las disculpas del placer”.
Porque después le propone a Eduardo que se vaya a vivir a una aislada comunidad ecológica y lo acusa de ser un progresista que odia el progreso y el cambio.
“ ¿Galeano no se da cuenta de que si hubiese seguido ese criterio fetichista antes de que él naciera, etc,etc,etc?
Y sigue.
¡Ay Marcos!
Wikipedia por lo menos.
Aunque más no sea Google.

Está bien que la gente de poco cerebro ande chocando por las autopistas de la comunicación.
¿¡Pero tú Marcos?!
¿Desde un Best Seller?

Estas cosas me confunden.
Es más…ahora me quedan dudas respecto al resto del libro.
¿Los otros capítulos tienen el mismo rigor?

Estoy confundido.
El mal uso que la gente hace de internet me confunde.
Lo juro.

Atentamente Eduardo Galea… perdón Marciano Durán


En: http://www.marcianoduran.com.uy/?p=717#more-717

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