LLUEVE SOBRE MOJADO
Teresa Carreón
El riesgo de inundaciones por el cambio climático ha sido menospreciado. Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, afirmó recientemente que las sequías, inundaciones y otras catástrofes constituyen una amenaza que va creciendo de no adoptarse medidas que permitan su prevención, ya que la naturaleza ha demostrado cómo el calentamiento global influye en la violencia y frecuencia de los desastres naturales.
La actividad humana ha sido determinante para que se tornen tan dramáticas esas calamidades de la naturaleza. El crecimiento sin parar de las ciudades en nuestro país por la construcción legal o ilegal de viviendas, sin el respeto a una regla básica en la prevención de desastres que dice que sobre terrenos inundados no debiera volver a alzarse ninguna construcción, ya que la lluvia de huracanes en nuestra nación, arrasa con coches, casas y, lo que es aún peor, también vidas.
No obstante que se ha mejorado tanto la infraestructura como los protocolos de protección civil, debido a la ubicación geográfica de México, flanqueado por dos de los océanos más importantes del mundo y ante las predicciones meteorológicas que manifiestan que en la región caribeña aumentarán aún más los huracanes fuertes, nuestro comportamiento tendría que superar las barricadas construidas con costales de arena y la esperanza de buena suerte. El primer huracán del año en el Atlántico, Alex, ha puesto en jaque al gobierno ya que miles de habitantes del noreste del país han quedado completamente vulnerables. Aunque la respuesta inmediata ha sido el envío de víveres y bienes que, si bien en estos momentos son indispensables, el reforzamiento no debiera quedar ahí.
Mario Molina, premio Nobel mexicano, ya ha advertido sobre las amenazas para México: residirían en la alteración del ciclo hidrológico que se notaría en pertinaces sequías, así como en la multiplicación de inundaciones y huracanes de mayor intensidad. “Sabemos que una parte de México se va a secar y que al mismo tiempo va a llover mucho en algunas zonas del país, así que es importantísimo actuar y no quedarnos esperando lo que va a pasar”, por lo que pidió al gobierno mexicano actuar y a los ciudadanos a sensibilizarse de que hay que respetar la naturaleza, “no se trata nada más preocuparnos”.
Mientras pensaba en estas calamidades, recibí un twit de mi hermano Juan, escrito por uno de mis maestros universitarios, Óscar de la Borbolla que decía: “Todo es como la lluvia en este país: inesperado, violento, arrasador y luego se absorbe, se olvida, desaparece…”
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