Eres pobre y siempre lo serás
Los nueve puntos del Pliego Petitorio General de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional se resumen en un décimo no escrito: no a los obstáculos a la movilidad social, ejemplificados por algunos lineamientos de las reformas al Reglamento, en particular la prohibición de continuar los estudios profesionales a quienes originalmente hubieren elegido una modalidad técnica. De la misma manera, el activismo que caracteriza a los estudiantes de las normales rurales, como Ayotzinapa, Guerrero, más allá de las consignas ideológicas, está animado por la no aceptación al dictado Pobreza es Destinoque ha venido caracterizando a México en las últimas tres décadas.
En la imprescindible investigación del Centro de Estudios Espinoza Yglesias, CEEY, Informe de Movilidad Social en México 2013, Imagina tu Futuro, se detecta que si bien hay una importante movilidad social en los estratos económicos medios, ésta se congela en los extremos: los ricos se mantienen ricos y los pobres, pobres. De cada diez mexicanos del quintil (20%) de ingresos más bajos, seis se mantienen igual de pobres o si acaso progresan al segundo quintil y cuatro de cada cinco del quintil más rico se mantienen ahí o si acaso desciende al estrato que le sigue. Si hablamos de la evolución de los hogares a lo largo de una generación, 48% de los hogares se mantienen en el estrato más bajo de ingresos.
Hasta hace más o menos tres décadas, el factor determinante para lograr burlar un destino de pobreza era el acceso a la educación pública de calidad. En este lapso, aunque se amplió la oferta educativa, se hizo sacrificando la calidad, especialmente en la educación básica que desde 1993 incluye la secundaria como obligatoria. También se amplió notablemente la oferta de educación universitaria, especialmente en los estados. Pero a la par de esta ampliación aparente de oportunidades se deterioró el poder adquisitivo del salario y no disminuyó la pobreza. El mismo estudio del CEEY encontró que el origen social no determina el acceso a la educación básica, pero sí al bachillerato y a la educación superior. También encontró que los hijos de padres con educación superior quintuplican sus logros educativos comparados con los hijos de padres que sólo hayan terminado la primaria.
Ya he citado anteriormente un estudio reciente de la Facultad de Química de la UNAM, en el que se demuestra que un grupo amplio de estudiantes que persistía con bajas calificaciones a pesar de ofrecérsele clases extra, asesoría de sus profesores y hasta ayuda sicológica, mejoró en cuanto se les dio comedor universitario gratuito. Tenían hambre.
Para los estudiantes de los estratos más bajos de ingresos y aun para los de la clase media baja que hayan logrado la proeza de terminar su carrera, aprender un nuevo idioma y ser admitidos por una universidad extranjera, hay obstáculos que se antojan diseñados para impedir una mejora en la movilidad social y sólo admitir a los privilegiados. Aunque el conjunto de becas que ofrecen el gobierno federal y los gobiernos estatales ha crecido considerablemente, éste sigue pensado básicamente para el estudiante de clase media. Las becas Conacyt o Concyt-Estados, por ejemplo, aunque cubren puntualmente las necesidades básicas de un estudiante (o de unestudihambre, como se dice) no resuelven el costo extraordinario del transporte aéreo o las dificultades monetarias asociadas a la obtención de una visa.
Pongo como ejemplo el caso de las visas al Reino Unido porque por una afortunada iniciativa de las cancillerías de ambos países, 2015 fue declarado año de México en Reino Unido y viceversa. Parte de esa celebración contempla la meta de aumentar significativamente el número de becarios mexicanos en ese país, lo que se antoja difícil dadas las condiciones que mencionaré. Para poder obtener una visa de estudiante para Reino Unido es necesario demostrar que se tienen ingresos mensuales de por lo menos 1015 libras esterlinas, o demostrar que se ha tenido en el banco durante un mes el equivalente a esa cantidad multiplicada por nueve. Sin embargo, las benditas becas de Conacyt (que crezcan y se multipliquen) sólo cubren 800 libras mensuales.
Pero no sólo hay un primer problema con ese faltante, con el requisito de contar con una cuenta bancaria relativamente abultada y con la dificultad para pagar el pasaje aéreo sino que la solicitud para obtener la visa cuesta 500 dólares, aproximadamente seis mil 500 pesos. ¿Cómo le hace un joven estudiante que viene “de la cultura del esfuerzo” y no del privilegio?
Hay instituciones nobles como el Fondo para el Desarrollo de Recursos Humanos, FIDERH, del Banco de México, que ofrece créditos educativos para maestría y doctorado, con condiciones blandas y plazos largos. Sin embargo, el crédito está condicionado a que el estudiante sea apoyado por un aval con propiedades libres de cualquier gravamen o hipoteca. Y aquí es donde nuevamente se dificulta el esfuerzo de los estudiantes menos privilegiados que probablemente no contarán con ese respaldo. En cada convocatoria del FIDERH y me consta que para frustración de los funcionarios del Fondo, algunos estudiantes que ya han obtenido su ingreso a alguna de las mejores universidades del mundo, incluyendo las universidades inglesas y americanas en los primeros lugares del rankinginternacional, se quedan sin poder realizar su sueño por falta de parientes con propiedades. Aquí habría una excelente oportunidad para convenios entre el Banco de México y fundaciones privadas que puedan brindar el aval y un financiamiento extra —como la beca suplementaria de la SEP— que cubra los costos extraordinarios del traslado.
La educación superior y en particular la oportunidad de estudiar en el extranjero es una de esas experiencias que cambia la vida de las personas y del país también. Remover esos obstáculos pequeños para la clase media —bancarización, propiedades, ahorros, etcétera—, pero imposibles para los estudiantes realmente pobres es una tarea que una asociación de esfuerzos del sector público con fondos privados puede incidir en mayor y mejor movilidad social y un quiebre del paradigma de que si eres pobre seguirás siendo pobre. Nos encontramos en Twitter: @ceciliasotog
*Analista política
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